Assembléia Legislativa do Rio de Janeiro concede Medalha Tiradentes a Olavo de Carvalho. Aqui.

segunda-feira, 24 de maio de 2010

PUTIN E O TERROR VERDE

HEITOR DE PAOLA



Putin y el terror verde


Alberto Benegas Lynch




Alberto Benegas Lynch (h) cree que en Rusia desde el colapso de la Unión Soviética se sustituyó "el comunismo con agentes de la ex nomenklatura jugando al empresario pero en verdad se trata de monopolistas favorecidos por el aparato estatal".


El que fuera un gran periodista y escritor, Ryszard Kapuscinski, brindó citas muy elocuentes de las que ahora seleccionamos algunas. Primero, una referida a lo que hoy ocurre en Rusia escrita por Alexander Solzenitsin: “El régimen que nos gobierna no es sino una amalgama de vieja nomenklatura, de tiburones financieros, de falsos demócratas y de &nbspKGB. No puedo llamarlo democracia, es un híbrido repugnante que no tiene precedentes en la historia […] si esta alianza vence nos explotarán no setenta sino ciento setenta años”. En segundo lugar, otras citas que son aplicables al momento que vive esa nación: Dostoievskiconsignaba que “Rusia ha vomitado la bazofia con que la alimentaban”, Antón Chéjov apuntó que “La vida rusa machaca al ruso hasta tal punto que este no logra reponerse” y Vasily Grossman concluye que “Rusia ha visto mucho a lo largo de sus mil años de historia. Hay una sola cosa que Rusia no ha visto jamás en esos mil años: la libertad” (¿se puede decir algo más horrendo de un pueblo?).

Cuando este proceso mostraba su cara putrefacta después del derrumbe del Muro de la Vergüenza, escribí un artículo en El Comercio de Lima titulado “La Rusia de las mafias” donde señalaba los peligros de enmascarar la libertad con las cadenas de ladrones de guante blanco (y no tan blanco) donde se sustituye el comunismo con agentes de la ex nomenklatura jugando al empresario pero en verdad se trata de monopolistas favorecidos por el aparato estatal.

Vladimir Bukovsky —el más destacado disidente junto son Solzenitsin y Sajarov— a quien tuve el gusto de conocer cuando lo invité a pronunciar conferencias en Buenos Aires, declara que “el monstruo que crearon nuestrosFrankensteins mató a sus creadores pero el está vivo, muy vivo. A pesar de los informes optimistas de los medios de comunicación occidentales, que en los años transcurridos desde entonces han proclamado que Rusia entró en la era de la democracia y la economía de mercado, no hay evidencias, ni siquiera perspectivas, de que así sea. En lugar de un sistema totalitario ha surgido un estado gangster, una tierra sin ley en la cual la antigua burocracia comunista, mezclada con el hampa, se ha convertido en una nueva elite política, así como en una nueva clase de propietarios”.

Bukovsky escribe en su autobiografía titulada To Build a Castle: My Life as a Dissenter que “Miles de libros se han escrito en Occidente y cientos de diferentes doctrinas creadas por los políticos más prominentes para arribar a un compromiso con los regimenes totalitarios. Todos evaden la única solución correcta: la oposición moral. Las democracias mimadas de Occidente se han olvidado de su pasado y su esencia, es decir, que la democracia no es una casa confortable, un automóvil elegante o un beneficio de desempleo, pero antes que nada la habilidad y el deseo de defender nuestros derechos”.

En aquél artículo que escribí para tierras peruanas decía que los tilingos de Occidente celebraron las políticas de Gorbachov sin percibir que se trataba de una nueva vuelta de tuerca para implantar el “verdadero socialismo” tal como el mismo lo proclamó en su libro sobre la perestroika que muchos compraron pero pocos se tomaron el trabajo de leerGari Kasparov informa que Valdimir Putincelebra insistentemente la historia de la KGB y elimina el debate sobre Lenin porque “hacerlo sería decirles a los rusos que han venerado valores falsos” y que en la Universidad de Moscú se tergiversan los hechos más importantes de la historia soviética.

Ahora Putin procede como el dueño de Rusia y en una parodia notable cambia de posición con un Presidente títere pero es el quien en estos días ha convocado a una ampulosa reunión a los así llamados “empresarios” más prominentes para impartirles directivas de modo prepotente, lo cual aceptan quienes son socios del gobierno al efecto de poder amasar fortunas colosales al calor oficial. También ha sido llamativa la forma arrogante que se dirigió al Comité Olímpico a raíz de la pobre perfomance de los deportistas rusos en los Juegos de Invierno en Vancouver durante este último mes de febrero, evento para el que el gobierno (los contribuyentes) gastaron tres billones y medio de rublos con lo que se adueñan de los atletas, enrostrándoles con indisimulada furia que han desmejorado grandemente desde las competencias en Turín.

Los rusos han padecido el terror blanco, luego el terror rojo y ahora el terror verde, esto es, la angurria por acumular dólares en cuentas del exterior a cualquier costo y recurriendo a chantajes, fraudes y mercados cautivos de diverso calibre. Pobre pueblo ruso que de tanto en tanto se intenta salvar por personajes como los corajudos disidentes, y más recientemente por periodistas como la extraordinaria Anna Politkovskaya, asesinada a balazos en un ascensor por bandas gubernamentales porque denunciaba la colosal corrupción de Putin y sus sicarios hambrientos de lo que en esta columna bautizamos como “el terror verde”. En Rusia, durante los últimos tiempos se clausuraron veintiocho periódicos, se arrestaron cuarenta y siete periodistas y se confiscaron veintitrés editoriales que osaron criticar al régimen.

La sociedad abierta tiene como eje central la libertad para que los humanos podamos estar a la altura de nuestra condición y encaminarnos hacia donde cada cual juzgue pertinente. No prioriza el ingreso material, esta es una de las tantas consecuencias de liberar la energía creadora. Nadie ha expresado mejor que Alexis de Tocqueville esta idea básica en su obra sobre el antiguo régimen francés: “De hecho, aquellos que valoran la libertad por los beneficios materiales que ofrece nunca la han mantenido por mucho tiempo […] El hombre que le pide a la libertad más que ella misma, ha nacido para ser esclavo”  y Wilhelm Roepke en su libro sobre los necesarios marcos institucionales subraya la importancia de alimentar el intelecto al efecto de evitar el totalitarismo y afirma que éste “prospera más en almas vacías que en estómagos vacíos”.

Es de desear que nuestros sufridos hermanos rusos tengan mejor suerte que esta kleptocracia en la que se encuentran sumidos, porque nos retumba en la mente el pensamiento de Grossman antes citado, para lo cual es menester retomar aquel atisbo de reacción cuando, en el siglo dieciocho, dos rusos de la Universidad de Moscú (Ivan Trethyakov y Semyon Desnitsky) fueron a estudiar con Adam Smith a Glasgow y a su vuelta congregaron notables discípulos y publicaron medulosos ensayos hasta que el régimen zarista los expulsó de los claustros universitarios por “extremistas”.

Una misión de funcionarios bolivianos acaba de regresar de Moscú donde el embajador en La Paz, Leonid Golubev, destacó que Bolivia “es ideal” para construir una estación de lanzamiento de satélites a lo que agregó el anuncio de un préstamo de 150 millones de dólares al gobierno “multicultural”, la entrega de un avión presidencial y el equipamiento de las Fuerzas Armadas bolivianas. Mientras, a principios del mes pasado, Vladimir Putin se reunió con Evo Moralesen Caracas oportunidad en la que el primero también anunció que intensificará la creciente ayuda militar a Venezuela (para regocijo del bufón del Orinoco que acentúa el socialismo empobrecedor y que cada vez hace mayores despliegues en desfiles con sus aviones modernos y tanques recién adquiridos a Rusia).

Según Yuri Yarmin Agaev al derrumbarse el sistema comunista se reunió un grupo de distinguidos intelectuales que estaban en su mayoría en el exilio y que tuvieron la posibilidad de influir sobre los acontecimientos pero fueron desplazados bruscamente por la espesa maraña de burócratas del Fondo Monetario Internacional quienes entregaron sumas millonarias a matones que &nbspprovenían de la nomenklatura para que se alzaran con el poder. Ahora, en la clandestinidad, hay seminarios, publicaciones y reuniones para debatir ideas liberales que constituyen una esperanza a pesar de la embestida de Putin y sus satélites del terror verde.


Publicado no El Diario Exterior

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A teoria marxista da “ideologia de classe” não tem pé nem cabeça. Ou a ideologia do sujeito traduz necessariamente os interesses da classe a que ele pertence, ou ele está livre para tornar-se advogado de alguma outra classe. Na primeira hipótese, jamais surgiria um comunista entre os burgueses e Karl Marx jamais teria sido Karl Marx. Na segunda, não há vínculo entre a ideologia e a condição social do indivíduo e não há portanto ideologia de classe: há apenas a ideologia pessoal que cada um atribui à classe com que simpatiza, construindo depois, por mera inversão dessa fantasia, a suposta ideologia da classe adversária. Uma teoria que pode ser demolida em sete linhas não vale cinco, mas com base nela já se matou tanta gente, já se destruiu tanto patrimônio da humanidade e sobretudo já se gastou tanto dinheiro em subsídios universitários, que é preciso continuar a fingir que se acredita nela, para não admitir o vexame. Olavo de Carvalho, íntegra aqui.
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A perversão da retórica, que falseia a lógica e os fatos para vencer o adversário em luta desleal, denomina-se erística. Se a retórica apenas simplifica e embeleza os argumentos para torná-los atraentes, a erística vai além: embeleza com falsos atrativos a falta de argumentos.
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" Platão já observava que a degradação moral da sociedade não chega ao seu ponto mais abjeto quando as virtudes desapareceram do cenário público, mas quando a própria capacidade de concebê-las se extinguiu nas almas da geração mais nova. " Citação de Olavo de Carvalho em "Virtudes nacionais".