Las Carabelas en la Casa Blanca
Armando Ribas
Algunos cerdos son más iguales que otros
George Orwell
El discurso de la Sra. Hillary Clinton en Ecuador, al respecto de la política americana hacia América Latina, no puede menos que hacerme recordar los momentos más tristes de la política exterior de Estados Unidos. Un país al que indudablemente le debemos la libertad en el mundo, que si hubiese sido por los europeos habríamos sido nazis o comunistas, es indudable que en esa batalla habría cometido errores lamentables. No puedo menos que recordar que Yalta significó la esclavitud de media Europa bajo la bota de Uncle Joe (Stalin) hasta 1989. Tal como lo previno el General Patton.
Más doloroso por razones obvias, fue para nosotros la entrega de Cuba a la órbita soviética en el acuerdo Kennedy – Krushev durante la crisis de los misiles. Esa decisión determinó asimismo la guerra subversiva que se desatara en América Latina, y que hoy todavía se desarrolla en Colombia bajo la férula de las FARC y sin lugar a dudas hoy, apoyadas por Chávez y su dictadura del socialismo del siglo XXI.
Vale igualmente recordar que al presidente del país en que la Sra. Clinton expresara sus amistosas palabras, dicho sea de paso en búsqueda de la igualdad social, es un hijo predilecto del Sr. Chávez, a quien aparentemente le debió su acceso al poder. No hace mucho tiempo, las fuerzas armadas colombianas se vieron obligadas a atacar en suelo ecuatoriano un campamento de las FARC. Por supuesto este acto de defensa fue considerado por el presidente Correa, y por gran parte de los gobiernos latinoamericanos como una violación de la soberanía nacional ecuatoriana. Por consiguiente se ignora que el amigo de tu enemigo es tu enemigo – retuérgano de Machiavello – y que por tanto era Correa el que estaba violando la soberanía colombiana al permitir un enclave de la FARC en su territorio.
Fue asimismo el gobierno de Obama el que consideró que la destitución de Zelaya en Honduras, que pretendía violar la Constitución hondureña, para perpetuarse en el poder, constituyó un golpe de Estado. La falacia de la democracia de la mayoría imperante en gran parte de los países de América Latina, a las que Jefferson calificara de despotismos electivos, ha dado lugar a la siguiente patraña: Los que están en el poder por las mayorías, cuando intentan violar la constitución son democráticos, por el contrario los que intentan impedir que se viole, son golpistas.
Todo parece indicar de conformidad con el discurso de la Sra. Clinton , que el gobierno americano, parece adherir a la falacia latinoamericana, y a la que debemos la pobreza, y la inseguridad jurídica y aún las dictaduras presentes. Así dice la Sra. Clinton : “Hemos visto que los gobiernos democráticos se han convertido en la norma y que los ciudadanos se han comprometido con la democracia.”. Es decir por supuesto se ignora una vez más el régimen dictatorial y sanguinario imperante en Cuba y por supuesto igualmente a sus socios más preponderantes, Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, Lugo en Paraguay y Correa en Ecuador. Pero igualmente se pretende ignorar que el gobierno argentino es antiyankee por su naturaleza y que además se ha propuesto y logrado violar cuanto derecho garantiza la Constitución argentina.
Pero para seguir en la tónica populista de nuestra América, después de alabar a los países latinoamericanos por su sabiduría respecto a la superación de la crisis económica, dice en el párrafo siguiente que se merece un monumento en nuestro continente al Sur del Río Grande: “Por tanto la promesa es evidente, pero está lejos de concretarse. Por eso aunque este es un momento de oportunidad, es también un momento paradójico. Las economías crecen, pero la prosperidad todavía alcanza a muy pocos. El comercio florece, pero la desigualdad extrema todavía persiste. La guerra afortunadamente, es rara, pero algunos barrios son tan peligrosos como una zona de combate. La democracia se arraiga, pero todavía proporciona demasiado poco a demasiadas personas”.
La demagogia de las anteriores palabras es más que evidente. Pero es a su vez sorprendente que provenga del país que creó la República a través del Rule of Law y no de la regla de las mayorías. No fue otro que James Madison quien estableciera claramente que las mayorías no tenían derecho de violar los derechos de las minorías. Así le quiero recordar a la Sra. Clinton que la esencia del “Rule of Law” es la limitación del poder político, en la conciencia de la naturaleza humana, y el respeto por los derechos individuales. Y repito una vez más no son los llamados derechos humanos. Las palabras de la Sra. Clinton parecen ignorar el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad, que es el principio ético por antonomasia, al reconocer que los intereses particulares no son contrarios al interés general.
Pero la Sra. Clinton en otras manifestaciones demagógicas y de acuerdo con Chávez, a fin de defender el derecho a la igualdad, mientras ignora el derecho a la libertad, cita a Simón Bolívar que dijo: “Las bases fundamentales de nuestro sistema político se derivan directa y exclusivamente del establecimiento de la igualdad”. Ya en el siglo XVIII Sarmiento se había percatado de la naturaleza dictatorial de Bolívar, y Alberdi sabiamente señalaba: “América del Sur se liberará el día que se libre de sus liberadores”. Alberdi ya había tomado conciencia de la diferencia entre independencia y libertad, y creo que al momento del bicentenario son más que elocuentes las palabras del “gran ausente” “La patria es libre cuando no depende del extranjero, pero el individuo no es libre cuando depende total y absolutamente del Estado”.
Para mayor abundamiento basta recordar las palabras del libertador en carta al gobernador de Barinas donde dijo: “Jamás la división de poder ha establecido y perpetuado gobiernos, solo su concentración ha infundido respeto para una nación y yo no he libertado Venezuela sino para realizar este mismo sistema” y en el discurso ante el Congreso de Angostura, después de señalar que Pisistrato usurpador y tirano fue más saludable para Atenas que sus leyes, refiriéndose a Estados Unidos expresó: “Pero sea lo que fuere de este gobierno con respecto a la nación americana, debo decir que ni remotamente ha entrado en mi idea asimilar la situación y naturaleza de Estados tan distintos como el inglés americano y el americano español”.
Me atrevo a decir que la Sra , Clinton parece ignorar la naturaleza misma del país que representa, y olvida la razón de ser de la desigual economía en América Latina. Ella se debe a la demagogia del reparto, que viola los derechos individuales y en tanto empobrece al país, enriquece a los gobernantes. Algo parecido a lo que está ocurriendo hoy en Europa, y valga la comparación. Pero insisto en todo su discurso y no obstante haber hecho una cita de Martí, al respecto de la mujer, pretende ignorar que en Cuba la igualdad del hombre y la mujer se manifiesta por la falta de libertad para ambos. Los hechos recientes tanto la muerte de Zapata como la liberación de Sigler, no son más que una muestra de los crímenes cometidos durante los últimos cincuenta años por los hermanos Castro (y no hablo de la orquesta que nos deleitaba en Tropicana). No menos importante fue su ignorancia de la posición de Lula respecto a Irán, y así como su connivencia sutil con Chávez, de quien dijera es el mejor presidente que haya tenido Venezuela. Igualmente es amigo de Fidel Castro. Que no se si es amigo de Obama , pero enemigo declarado de Estados Unidos. Y por si fuera poco también protegió a Zelaya, otro discípulo de Chávez.
Debo asimismo dejar bien claro que mi presupuesto de que las carabelas han entrado en la Casa Blanca , no ha sido por causa de los latinos legales o ilegales que viven en Estados Unidos. Estos emigrantes abandonaron sus propios países, no obstante el dolor que esto siempre representa, precisamente para escapar de la demagogia y de la falta de libertad. Y en fin puedo decir que a diferencia de Bolívar tengo la esperanza de que aprendamos los principios del Rule of Law, no de la economía de mercado, y me preocupa que los representantes de Estados Unidos aparentemente la estén ignorando.
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