Por UnoAmerica
Hugo Chávez junto a José Miguel Insulza |
Bogotá, 10 de febrero.- La Unión de Organizaciones Democráticas de América, UnoAmérica, se sumó hoy a las voces que se oponen a la reelección de José Miguel Insulza como Secretario General de la OEA.
Según UnoAmérica, el editorial del Washington Post y el informe del senador Richard Lugar contra la reelección de Insulza están bien orientados, pero insuficientes; puesto que lo presentan como un hombre inadecuado para el cargo, pero no como lo que es: un agente del Foro de Sao Paulo.
Insulza no es meramente un incapaz, sino un aliado de Chávez, incrustado en la OEA para pervertirla, desfigurarla, y convertirla en una herramienta para apuntalar dictadores y para debilitar a los factores democráticos de la región. Un breve recuento de su actuación es la mejor prueba:
En marzo de 2008, en lugar de felicitar al presidente Álvaro Uribe por dar de baja al peor criminal del continente americano -Raúl Reyes- la OEA le reclamó haber incursionado en territorio ecuatoriano. Posteriormente, Insulza desestimó la información contenida en los computadores de Reyes, pese al peritaje realizado por la INTERPOL.
Insulza no le importó que Chávez, Morales y Correa, modificasen ilegalmente las constituciones de sus respectivos países para permanecer indefinidamente en el poder. Tampoco le importó que Chávez y Ortega hayan cometido fraudes electorales, pese a los reclamos bien fundamentados de los factores democráticos de Venezuela y Nicaragua. Para Insulza, los maletines cargados de petrodólares venezolanos que financian campañas electorales en todo el continente no existen.
En el año 2007, Insulza obstaculizó los intentos para condenar a Chávez, luego del cierre del canal de televisión RCTV. Posteriormente, en abril de 2008, en una audiencia ante el Congreso estadounidense, Insulza negó que Chávez tuviese vínculos con grupos terroristas, pese a sus nexos con las FARC y con el gobierno forajido de Ahmadinejad.
Nada ha dicho Insulza sobre las persecuciones del gobierno de Evo Morales contra los opositores bolivianos, alegando que todos son “terroristas” y “separatistas“, cuando lo único que buscan es la descentralización administrativa (autonomía). Tampoco se ha pronunciado sobre la responsabilidad de Morales en la masacre de Pando, a pesar de las numerosas evidencias que demuestran que fue una agresión planificada y ejecutada por el Alto Gobierno.
Durante la gestión de Insulza, la OEA decidió pedirle al régimen totalitario cubano incorporarse al seno de la organización. La medida contrasta notablemente con la enorme presión que ejerció la OEA sobre el pueblo hondureño, por haberse librado de un presidente golpista. Inexplicablemente, la OEA no se pronunció sobre la grosera injerencia de Chávez en los asuntos internos de Honduras, ni sobre sus amenazas de enviar tropas a esa nación centroamericana.
Son tantas y tan graves las actuaciones condenables de Insulza, que lo más conveniente para la paz y la estabilidad de la región es que no sea reelegido, y que se busque un sustituto que defienda los postulados de la OEA y no los intereses del Foro de Sao Paulo.
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