Miércoles, 03 de Marzo de 2010
04.03.10 - 01:50 -
Conflicto
Su confesión es la prueba de cargo en el sumario del juez Velasco. La información que implica al presidente venezolano Chávez es casi en exclusiva de la Inteligencia colombiana
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| En varias Opostunidades, Chávez ha mostrado simpatía por las FARC |
La confesión de un ex miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de alias 'Camilo', es la prueba de cargo en el sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco sobre la supuesta «cooperación» del Gobierno venezolano con ETA y los terroristas colombianos. Según los documentos remitidos por las autoridades de Bogotá, y que suponen la inmensa mayoría de la información que obra en la causa 75/09 de Velasco, fue este ex activista el que desveló que en verano de 2007 militares y miembros de los servicios secretos de Hugo Chávez dieron cobertura a la segunda parte de un cursillo que dos etarras impartieron en la selva venezolana.
Los atestados de la Audiencia Nacional desvelan que, aunque los supuestos vínculos entre ETA y las FARC datan de hace diecisiete años, las informaciones sobre la presunta connivencia de Venezuela con ambos grupos se conocieron por los servicios antiterroristas colombianos en diciembre de 2007. La Inteligencia de aquel país se hizo con un vídeo en el que uno de los cabecillas de las FARC Suexis Pausías Hernández, más conocido como 'Juan Santrich', hacía un encendido alegato contra el «Estado Español» y a favor de la lucha de ETA y de la liberación del pueblo vasco, hasta el punto de hablar en euskera y terminar con un «jotake irabazi arte (sin parar hasta ganar)». La grabación había sido hecha en la selva venezolana por el equipo de 'Santrich', uno de los terroristas a los que Chávez tiene 'apadrinados', según la Inteligencia colombiana.
De acuerdo con la información facilitada por Colombia a las fuerzas de seguridad españolas, 'Camilo', que dejó las armas en septiembre de 2007 -sólo un mes después de participar como alumno en las clases de ETA-, aseguró que el vídeo de 'Santrich' era el agradecimiento de las FARC a ETA por los dos cursillos que habían impartido los etarras en julio de 2007 (el juez asegura en su auto que fue agosto). Fue este terrorista arrepentido el que identificó por sus alias a los dos miembros de ETA: 'Martin Capa', del que se desconoce su identidad, y 'Patillas', según la Policía, Ignacio Domínguez Atxalandabaso.
Dos cursillos
Los dos cursillos tuvieron lugar en una finca 'expropiada' por las FARC en Guadalito, en el estado de Apure, en Venezuela. El primer turno duró doce días, el segundo unos ocho. Siempre sobre los mismos argumentos: guerrilla urbana (kale borroka), nuevos explosivos (C-4, explosivo plástico militar muy fácil de obtener en Venezuela porque se usa en las prospecciones petrolíferas) y activación de bombas por medio de teléfonos móviles.
Según la declaración de 'Camilo' que obra en la Audiencia Nacional, en la primera tanda sólo participaron veinte activistas de las FARC y de su facción venezolana, el Frente de Liberación Bolivariano. Fue en el segundo cursillo, donde aparecieron los militares de Chávez. Éstos -declara el arrepentido- escoltaron a un nutrido grupo de terroristas del 'Bloque Caribe' hasta Guadalito. Los terroristas de las FARC, que venían de la zona cercana a Barranquilla, prefirieron llegar hasta los cursillos de ETA a través de Venezuela y no por Colombia, por lo que desde el Caribe colombiano pasaron a Maracaibo. Desde esa ciudad, fueron escoltados por tierra por militares bolivarianos y miembros de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela hasta la finca de los cursillos.
Del sumario de Velasco se infiere que toda esta información fue entregada por Colombia a los servicios de Información españoles de inmediato. De hecho, en febrero de 2008, el entonces director general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, y mandos de la Comisaría General de Información de la Policía viajaron a Bogotá para acelerar esta investigación. En julio de ese año, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y el fiscal general de Colombia, Mario Iguarán, firmaron un acuerdo para investigar los lazos entre ETA y las FARC. En noviembre de 2008, el fiscal Vicente González Mota pidió a Velasco que abriera un sumario.
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