Publicado el : 16 Diciembre 2009
En la interminable saga hondureña, el gobierno de facto de Roberto Micheletti anuncia la salida de Honduras del ALBA, la Alianza Bolivariana para las Américas.
Una vez más, Roberto Micheletti apuesta por una medida de efecto al desmantelar a pasos acelerados la estructura por la que Manuel Zelaya apostó: el ALBA funcionaba como una de las principales fuentes externas de financiamiento para un país inmerso en una de las más profundas miserias del hemisferio.
Salir del ALBA se traduce en un golpe duro en el alma del pensamiento político de Zelaya y su administración. Al mismo tiempo, es un revés para el proyecto bolivariano encabezado por Hugo Chávez, y constituye el punto final del nuevo rumbo que el gobierno de facto ha logrado dar a Honduras.
Micheletti lo anuncia pese a que entregará el poder el próximo 27 de enero al conservador Porfirio Lobo, quien ganó las elecciones el pasado 29 de noviembre. Su decisión se deja escuchar recién finaliza la cumbre del ALBA que tuvo lugar en La Habana, Cuba, festejando cinco años de existencia.
El general Raúl Castro fue quien clausuró la cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas, afirmando que ese bloque de nueve países apuesta por un "mundo mejor y se compromete con sociedades racionales, eficientes y justas".
"Ser parte del ALBA implica el propósito de construir sociedades racionales, eficientes, que vivan en armonía con la naturaleza y procuren justicia social", indicó Castro. Agregó el general que ello "exige un espíritu revolucionario" y que un mundo mejor es posible".
Criticó de nuevo al Gobierno de Estados Unidos y sostuvo que el golpe militar de junio pasado en Honduras es un ejemplo de que el "supuesto compromiso de Washington y sus aliados con la democracia no es más que pura demagogia y oportunismo".
El mandatario elogió los que considera "incuestionables" éxitos de la ALBA desde que fue creada en 2004 por el presidente venezolano, Hugo Chávez, y su hermano mayor y antecesor, Fidel Castro.
A la cita en La Habana llegó la canciller constitucional de Honduras, Patricia Rodas, quien destacó "el gran impacto que para el desarrollo de Honduras ha tenido dicho mecanismo de integración regional".
"Hoy Honduras amanece con el Alba", dijo la canciller Rodas el pasado lunes. Pero hoy miércoles "Honduras dejó el Alba", le responde el de facto Roberto Micheletti.
De acuerdo con Rodas, el Alba ha logrado en Honduras "controlar el negocio especulativo de los banqueros, con el objeto de evitar estafas a los ciudadanos y bajar el nivel de los intereses financieros hasta hacerlos accesibles a todos los sectores de la sociedad".
También resalta los avances en el control de los precios de la energía eléctrica, actividad que en el país dominan pequeños grupos de familias, "que además controlan todos los negocios vitales del desarrollo".
Asimismo, se refiere a los planes para llevar educación gratuita, salud y vivienda, mediante convenios y proyectos de solidaridad con países como Cuba y Venezuela, así como la implementación de programas para la producción de alimentos y la recuperación de empresas públicas que estaban en manos de particulares.
La presencia del ALBA en Honduras y la proximidad política de Manuel Zelaya con los presidentes de Venezuela y Bolivia fueron uno de los principales detonantes que catapultaron el golpe de Estado de junio pasado.
De acuerdo al sector que representa Micheletti y su gabinete, el ALBA subordina a Honduras a los intereses geopolíticos de Caracas, en contraposición a la soberanía hondureña.
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