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terça-feira, 15 de junho de 2010

PT, FARC e FORO DE SÃO PAULO. Espalhem para todos que conhecem. Lula deveria estar na cadeia, Dilma não pode de jeito nenhum chegar em Brasília.

WEB ARCHIVE


FARC-EP
16 de Enero de 2007

Saludo Mesa directiva del Foro de Sao Paulo

Compañeros



Mesa directiva del Foro de Sao Paulo.






San Salvador, El Salvador.


Compañeros y compañeras delegados y delegadas al XIII Foro, reciban nuestro cariñoso y bolivariano saludo, muchos éxitos en sus deliberaciones.

Al no podernos hacer presentes en tan importante evento entregamos a ustedes este documento con nuestros puntos de vista, y agradecemos de antemano el tenerlo en cuenta en las deliberaciones.







Queridos compañeros.







En 1990 ya se veía venir abajo el campo socialista, todas sus estructuras flaqueaban como castillo de naipes, los enemigos del socialismo festejaban a más no poder, se acuñaron teorías como la del fin de la historia, muchos revolucionarios en el mundo observaban atónitos y sin conocer lo que había fallado para que ocurriera semejante catástrofe.

La utopía se esfumaba, la desesperanza se apodero de muchísimos dirigentes que habían dedicado toda su vida a la lucha por conquistar un mundo mejor, idealizándolo con el modelo de socialismo desarrollado de la Unión Soviética. Al derrumbarse ese modelo, para muchos se acabó la motivación de lucha y sólo quedamos unos pocos soñadores que nos mantuvimos y nos seguimos manteniendo en la teoría, en la política y en la realidad de nuevas expresiones de socialismo, lo que ha potenciado la decisión de lucha y ha acelerado el crecimiento y fortalecimiento de ese contingente de soñadores que ve en esa lucha por un mundo mejor, algo realmente posible.

En Asia: China, Vietnam y Corea del Norte, ondeaban sus banderas socialistas sin darle cabida al derrotismo y sin escuchar los cantos de sirena para que abandonaran el sistema que se le oponía al capitalismo.

En América: Cuba quedó sola, navegando en la crisis más profunda que le haya tocado vivir a país alguno, con su comercio que alcanzo niveles de caída que no pocos creyeron imposible de revertir dado el brusco cambio en las fuetes y condiciones de su comercio exterior. El imperialismo creyó equivocadamente que había llegado el momento de acabar con el socialismo en América, aumento su agresión con el bloqueo económico, comercial y financiero, sin importarle la vida de millones de niños y ancianos que sufrirían las consecuencias de tan demencial maniobra.

Es en ese preciso momento que el PT lanza la formidable propuesta de crear el Foro de Sao Paulo, trinchera donde nos pudiéramos encontrar los revolucionarios de diferentes tendencias, de diferentes manifestaciones de lucha y de partidos en el gobierno, concretamente el caso cubano. Esa iniciativa, que encontró rápida acogida, fue una tabla de salvación y una esperanza de que todo no estaba perdido. Cuanta razón había, han trascurrido 16 años y el panorama político es hoy totalmente diferente. El otrora imperialismo arrogante y prepotente esta sumido en una profunda crisis que nadie sabe cuando ni como terminará. Las brutales e ilegitimas agresiones contra los pueblos de Afganistán, Irak y Líbano han recibido respuestas inesperadas y cada día sumen en el desconcierto al gobierno norteamericano y sus aliados, que han tenido que cargar con el peso político y social que significan miles de muertos y heridos, así como de una previsible derrota. Duras realidades como el déficit fiscal, el déficit en la balanza comercial, la caída de los halcones: Ruffell, Boltón y Negroponte y la creciente actitud critica del pueblo norteamericano, agudiza aún más la crisis de quienes soñaron y aún sueñan con el poder mundial, creyendo muertas y enterradas las fuerzas que se les pudiesen oponer.

En América Latina, no hacemos más que reseñar, pues todos conocemos los procesos: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Uruguay y Argentina, en total ocho países, se orientan por el desarrollo de modelos de gobierno y de sistemas diferentes al tradicional impuesto por el imperialismo yanqui. Los pueblos han optado por el cambio, nada los ha detenido, la amenaza, el chantaje, la compra de votos, los fraudes millonarios, no han sido suficientes para hacer cambiar la opinión de millones que han buscado y siguen buscando una nueva alternativa.

Es en el marco de este escenario político que se ha desarrollado y se sigue desarrollando el Foro de Sao Paulo. De un partido en el gobierno que inicialmente hacía parte del Foro, el Partido Comunista Cubano, hoy son ocho las fuerzas gobernantes que, además de ser fuerzas en el gobierno, fueron fundadoras de éste importante movimiento. Así las cosas, cualquiera pensaría que el haber avanzado en luchados y esperados objetivos, haría del Foro de Sao Paulo un impulsador de la integración de América Latina, en un ariete de las luchas sociales, en un ente solidario con la lucha de los pueblos, en una fuerza capaz de buscar y proponer soluciones políticas a conflictos internos que se presentan como consecuencia de la inequidad, la injusticia y la antidemocracia.

Pero no es así, hay quienes piensan que el haber llegado al gobierno los separa del Foro. Según tal y muy respetable forma de pensar, una cosa es ser oposición y otra ser gobierno, en razón a tener que desarrollar, en algunos casos, políticas que el Foro no comparte, como la política neoliberal. Piensan que la nueva condición los inhibe de participar y quieren un Foro menos dinámico, que no se haga sentir, que no sea propositivo, que no sea luchador por objetivos que fueron y siguen siendo validos. Ante tal situación, otros piensan que se debe acabar el Foro, que lo mejor es darle entierro de tercera y crear un nuevo movimiento.

En las FARC creemos que no son correctas las dos apreciaciones anteriores y, por el contrario, pensamos que los partidos que se encuentran en el Foro y que hacen parte de los gobiernos, tienen el espacio, el justo derecho y la necesidad de plantear en sus países el fortalecimiento del movimiento tal como fue creado: sin exclusiones, sin imposiciones y sin dogmatismos. Creemos así mismo que se debe buscar el que, esta organización sea más funcional, sea un ente catalizador de las opiniones de los pueblos que siempre están adelante de sus gobernantes, porque son los que sienten como se está ejerciendo el gobierno, si es justo, si es pulcro, si es humano, si ha cumplido con lo que le ha prometido. Tenerle miedo a la crítica que pueda hacer una organización como el Foro de Sao Paulo, es negar su misma esencia como gobierno democrático, amplio y pluralista.

Pensar en crear otra organización echando por la borda 16 años de experiencias, de credibilidad, es despilfarrar la oportunidad de convertir el Foro en un ente coordinar de diferentes partidos, movimientos y organizaciones políticas que respetando las diferencias nos ratificamos en la lucha contra el imperialismo, el neoliberalismo, la solidaridad y la integración de América Latina.

Hacemos un reconocimiento a los compañeros del Grupo de Trabajo por la iniciativa de ayudar en la solución política al conflicto social, político y armado que vive Colombia desde hace 60 años, la declaración de Bogotá es sin duda un documento muy importante que, con el derecho que nos asiste, pedimos sea difundido entre los asistentes al Foro.

En Colombia hay una intervención directa del Imperialismo Yanqui, en la actualidad hay 1.400 oficiales del ejército estadounidense, dirigiendo las operaciones del Plan Colombia, el Plan Patriota y el Plan Victoria. Los Estados Unidos, están instigando y financiando la guerra con el pretexto del narcotráfico y para ello diariamente se están gastando 17.5 millones de dólares para perseguir y liquidar a los luchadores sociales, revolucionarios y bolivarianos. Las fumigaciones están acabando con la flora y la fauna de la amazonía, son miles de toneladas de Glifosato y Paraqua, igual que los experimentos con el Fusariun Oxiporun. Que destruye la mata de coca pero igual acaba toda la flora que haya en el lugar, como son las cuencas hidrográficas, sus cepas se embarcan causándole inmensa pérdida al sistema ecológico.

Creemos oportuno manifestar nuestra inquietud y desagrado por la posición de algunos compañeros que, en forma y bajo responsabilidad personal, públicamente dicen que las FARC no pueden participar en el Foro, por ser una organización alzada en armas. La lucha armada no se ha creado por decreto y tampoco se acaba por decisión similar, es la expresión de un pueblo que ha sufrido la devastación de su población en más de un millón de personas que en estos 60 años han sido asesinadas, es la expresión de los miles de militantes que fueron asesinados del Partido Comunista y de la Unión Patriótica, es la expresión de miles de sindicalistas que han sido asesinados en estos últimos años. A los compañeros que piensan que no podemos participar, fraternalmente los invitamos a que nos acompañen, no en el accionar militar al que las circunstancias nos han obligado, pues sabemos que no la comparten y respetamos sus puntos de vista, los invitamos a participar de la búsqueda de la solución política y para ello los hacemos partícipes de la Plataforma para un gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional, aprobada por nuestra 8ª Conferencia realizada en 1993. Con esta Plataforma de 12 Puntos hemos invitado reiteradamente a todos los sectores sociales, económicos y políticos de nuestro país, para que nos sentemos y entre todos construyamos la Nueva Colombia. Al Foro, en su conjunto, lo invitamos a que prosiga en sus importantes pronunciamientos y accionar por la solución política al conflicto social y armado en Colombia, paso importante para alcanzar la paz con justicia social por la que ha luchado y seguirá luchando nuestro pueblo, a la vez que paso necesario para impedir que este conflicto pueda ser utilizado para que el imperialismo intente acciones desestabilizadoras en la región.

Seguimos invitando a todos los partidos políticos, organizaciones sociales, de estudiantes, obreros, intelectuales, campesinos, indígenas y a todo el que este en contra de la injusticia, a buscar una solución política. Invitamos a que nos acompañen en la lucha por el Intercambio Humanitario, con lo que estaremos abriendo las puertas para que centenares de colombianos y colombianas regresen a sus hogares a compartir con sus seres queridos.






Comisión Internacional

Fuerzas Armada Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP






Montañas de Colombia, enero 7 de 2007”.




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Participantes del IX Encuentro 


FORO DE SÃO PAULO











PaísPartido/Instit.
ArgentinaFrente Democracia Avanzada
ArgentinaPartido Comunista Argentino
ArgentinaPartido Intransigente
BrasilPartido dos Trabalhadores
BrasilPartido Socialista Brasileiro
BrasilPartido Comunista do Brasil
BrasilMovimento Revolucionário 8 de Outubro
BrasilPartido Popular Socialista
ColômbiaAlianza Democrática M19
ColômbiaELN
ColômbiaFARC-EP
ColômbiaPartido Comunista Colombiano
ColômbiaPresentes por el Socialismo
CubaPartido Comunista
ChileMIR
ChilePartido Comunista de Chile
EquadorMovimiento Popular Democrático
EquadorPartido Socialista - Frente Amplio
El SalvadorFMLN
GuatemalaURNG
MéxicoPartido de la Revolución Democrática
MéxicoPartido del Trabajo
NicaráguaFSLN
Porto RicoPartido Independentista Puertorriqueño
Porto RicoNuevo Movimiento Independentista Puertorriqueño
Porto RicoFrente Socialista
PanamáPartido Revolucionário Democrático
PeruMovimiento Revolucionario Tupac Amaru
PeruPartido Comunista Peruano
República DominicanaAlianza por la Democracia
República DominicanaFuerza de la Revolución
República DominicanaMovimiento Izquierda Unida
República DominicanaPartido de los Trabajadores Dominicanos
UruguaiFrente Amplio
UruguaiPartido Comunista
UruguaiPartido Socialista de Uruguay
UruguaiMovimiento de Participación Popular
UruguaiPartido Obrero Revolucionario Trotskista-Posadista
VenezuelaPartido Comunista de Venezuela

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PRESIDÊNCIA DA REPÚBLICA - SECRETARIA DE IMPRENSA


Discurso do Presidente da República, Luiz Inácio Lula da Silva, no ato político de celebração aos 15 anos do Foro de São Paulo

São Paulo-SP, 02 de julho de 2005



Meus queridos companheiros e companheiras dirigentes do Foro de São Paulo que compõem a mesa,
Meus queridos companheiros e companheiras que nos estimulam com esta visita ao 12º Encontro do Foro de São Paulo,

Não preciso ler a nominata toda, porque os nomes já foram citados pelo menos três vezes. E se eu citar mais uma vez, daqui a pouco alguém vai querer se candidatar a vereador ou a prefeito, aqui, em São Paulo.
Primeiro, uma novidade: sabem por que a Nani está sentada lá atrás? Porque há poucos dias o Brasil ganhou da Argentina e ela não quer ficar aqui perto da mesa.
Meus companheiros, minhas companheiras,
Como sempre, eu tenho um discurso por escrito, como manda o bom protocolo da Presidência da República, mas, como sempre também, eu tenho uma vontade maluca de fazer o meu improviso.
E eu queria começar com uma visão que eu tenho do Foro de São Paulo. Eu que, junto com alguns companheiros e companheiras aqui, fundei esta instância de participação democrática da esquerda da América Latina, precisei chegar à Presidência da República para descobrir o quanto foi importante termos criado o Foro de São Paulo.
E digo isso porque, nesses 30 meses de governo, em função da existência do Foro de São Paulo, o companheiro Marco Aurélio tem exercido uma função extraordinária nesse trabalho de consolidação daquilo que começamos em 1990, quando éramos poucos, desacreditados e falávamos muito.
Foi assim que nós, em janeiro de 2003, propusemos ao nosso companheiro, presidente Chávez, a criação do Grupo de Amigos para encontrar uma solução tranqüila que, graças a Deus, aconteceu na Venezuela.
E só foi possível graças a uma ação política de companheiros. Não era uma ação política de um Estado com outro Estado, ou de um presidente com outro presidente. Quem está lembrado, o Chávez participou de um dos foros que fizemos em Havana. E graças a essa relação foi possível construirmos, com muitas divergências políticas, a consolidação do que aconteceu na Venezuela, com o referendo que consagrou o Chávez como presidente da Venezuela.
Foi assim que nós pudemos atuar junto a outros países com os nossos companheiros do movimento social, dos partidos daqueles países, do movimento sindical, sempre utilizando a relação construída no Foro de São Paulo para que pudéssemos conversar sem que parecesse e sem que as pessoas entendessem qualquer interferência política. Foi assim que surgiu a nossa convicção de que era preciso fazer com que a integração da América Latina deixasse de ser um discurso feito por todos aqueles que, em algum momento, se candidataram a alguma coisa, para se tornar uma política concreta e real de ação dos governantes. Foi assim que nós assistimos a evolução política no nosso continente.
Certamente não é tudo que as pessoas desejam, se olharmos o ideal do futuro que queremos construir, mas foi muito, se nós olharmos o que éramos poucos anos atrás no nosso continente. Era um continente marcado por golpes militares, era um continente marcado por ausência de democracia. E hoje nós somos um continente em que a esquerda deu, definitivamente, um passo extraordinário para apostar que é plenamente possível, pela via democrática, chegar ao poder e exercer esse poder. Esse poder que é construído no dia-a-dia, esse poder que é construído a cada momento com muita dificuldade. Mas, quando exerce o cargo de presidente da República de um país, ele não será lembrado apenas pela quantidade de obras que conseguiu realizar ou apenas pela quantidade de políticas sociais que ele fez.
Eu tenho feito questão de afirmar, em quase todos os pronunciamentos, que a coisa mais importante que um governante pode fazer é estabelecer um novo padrão de relação entre o Estado e a sociedade, entre o governo e as entidades da sociedade civil organizada. E consolidar, de tal forma, que isso possa ser duradouro, independente de quem seja o governo do país.
E é por isso que eu, talvez mais do que muitos, valorize o Foro de São Paulo, porque tinha noção do que éramos antes, tinha noção do que foi a nossa primeira reunião e tenho noção do avanço que nós tivemos no nosso continente, sobretudo na nossa querida América do Sul.
Todas as vezes que um de nós quiser fazer críticas justas, e com todo direito, nós temos que olhar o que éramos há cinco anos atrás na América Latina, dez anos atrás, para a gente perceber a evolução que aconteceu em quase todos os países da nossa América.
E eu quero dizer para vocês que muito mais feliz eu fico quando tomo a informação, pelo Marco Aurélio ou pela imprensa, de que um companheiro do Foro de São Paulo foi eleito presidente da Assembléia, foi eleito prefeito de uma cidade, foi eleito deputado federal, senador, porque significa a aposta decisiva na consolidação da democracia no nosso país.
Se não fosse assim, o que teria acontecido no Equador com a saída do Lucio Gutiérrez? Embora o Presidente tenha saído, a verdade é que o processo democrático já está mais consolidado do que há dez anos atrás.
O que seria da Bolívia com a saída do Carlos Mesa, recentemente, se não houvesse uma consciência democrática mais forte no nosso continente entre todas as forças que compõem aquele país?
A vitória de Tabaré, no Uruguai: quantos anos de espera, quantas derrotas, tanto quanto as minhas. Ou seja, a paciência de esperar, de construir, de somar, de estabelecer políticas que pudessem consolidar, definitivamente, não apenas a vitória, mas tirar o medo de muita gente do povo, que se assustava quando imaginava que a esquerda pudesse ganhar uma eleição.
O que significa a passagem da Argentina? Num momento em que ninguém queria ser presidente, o Duhalde assume e consegue, em dois anos, não só começar a recuperar a economia da Argentina, como consegue eleger um sucessor com a personalidade do presidente Kirchner.
Os chilenos, depois de tantas e tantas amarguras, num período que muita gente não quer nem se lembrar, estão agora prestes a, pela quarta vez consecutiva, reeleger um presidente, eu espero que uma presidente, ou seja, uma mulher presidente daquele país. Isso não é pouco, isso é muito.
E o que nós precisamos é trabalhar para consolidar, para que a gente não permita que haja qualquer retrocesso nessas conquistas, que são que nem uma escada: a gente vai conquistando degrau por degrau. E, às vezes, até paramos um pouco num degrau para dar um passo um pouco maior, porque se tentarmos dar um passo muito grande poderemos cair, nos machucar e a caminhada retrocederá.
O Foro de São Paulo, na verdade, nos ensinou a agir como companheiros, mesmo na diversidade. A coordenação do Foro de São Paulo, que envolvia parte das pessoas que estão aqui, não pensava do mesmo jeito, não acreditava nas mesmas profecias, mas acreditava que o Foro de São Paulo poderia ser um caminho. E foram inúmeras daquelas reuniões que ninguém quer participar, às vezes, pegar um vôo, andar quatro, cinco horas de avião e parando três, quatro vezes para chegar num lugar e encontrar meia dúzia de companheiros para se reunir. E esses companheiros que tiveram a coragem de assumir essa tarefa, eu acho que hoje podem estar orgulhosos, porque valeu a pena a gente criar o Foro de São Paulo.
No começo, eu me lembro que alguns partidos nem queriam participar, porque acharam que nós éramos um bando de malucos. O que não faltava eram adjetivos. E quanto mais perto as pessoas iam chegando do poder, mais distantes iam ficando do Foro de São Paulo.
A minha vinda aqui, hoje, é para reafirmar uma coisa: a gente não precisa esquecer os nossos companheiros quando a gente ganha uma eleição para presidente da República. A gente precisa continuar tendo as nossas referências para que a gente possa fazer cada vez mais e cada vez melhor. E é isso que eu quero fazer como exemplo, ao sair de Brasília e vir aqui.
Vocês sabem que eu não posso brincar o tanto que eu já brinquei, as coisas que fazia nos outros, porque quando nós começamos o Foro de São Paulo, a gente ficava implorando para ter um jornalista e não tinha nenhum. E hoje tem muitos e eu já não posso fazer as brincadeiras, eu não posso fazer o que fazia antes e nem dizer tudo o que eu dizia antes.
Mas uma coisa eu quero que vocês saibam: valeu a pena acreditar em nós mesmos e saber que nós vamos levar muitos anos, muitos... Nós não conseguiremos fazer as transformações que acreditamos e por que brigamos tantos anos em pouco tempo. É um processo de consolidação.
Eu estava vendo as imagens do primeiro encontro e fico triste porque a velhice é implacável. A velhice parece que só não mexe com a Clara Charf, que é do mesmo jeito desde que começou o primeiro Foro, mas todos nós, da mesa, envelhecemos muito. Espero que tenha valido a pena envelhecer, Marco Aurélio. Eu me lembro que eu não tinha um fio de cabelo branco, um fio de barba branca e hoje estou aqui, todos estão, de barba branca.
Meus companheiros,
Eu estou feliz porque vocês acreditaram. Reuniões que não eram fáceis, difíceis, muitas vezes as divergências eram maiores que as concordâncias e sempre tinha a turma que fazia o meio de campo para contemporizar, procurar uma palavra adequada para que não houvesse nada que pudesse criar embaraço para o Foro de São Paulo.
Eu quero dizer uma coisa para vocês: não está longe o dia em que o Foro de São Paulo vai poder se reunir e ter, aqui, um grande número de presidentes da República que participaram do Foro de São Paulo.
As coisas caminham para isso. Nós aprendemos que a organização da sociedade é um instrumento excepcional e nós aprendemos que o processo democrático pode garantir que a gente concretize esses sonhos nossos.
No Brasil, eu espero que o PT tenha preparado para vocês os informes que vocês devem levar para os seus países, e é importante que o Foro de São Paulo consiga que os outros países apresentem também as coisas que estão acontecendo em cada país, para que a gente vá consolidando os avanços das políticas sociais que tanto nosso povo precisa.
Esses dias eu estava assinando, ou melhor, sancionando o Fundo de Habitação Popular, lá em Brasília, e não tinha me dado conta de que, quando foi falar o líder do povo, que luta por habitação no Brasil, ele não agradeceu a lei que vai criar o Fundo, ele não fez menção. A coisa mais importante para ele não era o fato de termos criado uma lei que criava um fundo de moradia; a coisa que mais o marcou no discurso é que era a segunda vez que ele tinha conseguido entrar no Palácio de governo do Brasil. E aí a minha memória voltou a 1994, o Marco Aurélio estava comigo, quando eu fui visitar o Mandela. Na porta do Palácio tinha um monte de pessoas, mulheres e homens, andando felizes. E eu perguntei para o Mandela: o que essa gente faz aqui, desfilando? Ele falou: “Lula, essa gente era proibida de passar na frente do palácio, portanto, hoje eles vêm aqui. Só o fato de eles entrarem no recinto do Palácio, tem muitos que choram, tem muitos que querem colocar a mão na parede. E se eu estiver perto para tirar fotografia”, me dizia o Mandela, “então, isso é a realização máxima.”
Além disso a nossa relação, e é o Dulci que cuida da relação com o movimento social, eu penso que não existe, na história republicana, ou não sei se não existe na história da América do Sul, algum momento em que o movimento social esteve tão próximo das relações mais saudáveis possíveis com o governo do que nós temos hoje.
Vejam que os companheiros do Movimento Sem-Terra fizeram uma grande passeata em Brasília. Organizada, muito organizada. E todo mundo achava que era um grande protesto contra o governo. O que aconteceu? A passeata do Movimento Sem-Terra terminou em festa, porque nós fizemos um acordo entre o governo e o Movimento Sem-Terra, pela primeira vez na história, assinando um documento conjunto.
Alguns dias depois, foi a Confederação da Agricultura, milhares de trabalhadores. E quando chegaram no Palácio, já tinha um acordo firmado com os companheiros, que foram para as ruas fazer uma festa.
Esse tipo de comportamento, de mudança que houve no Brasil, demonstra que a democracia veio para ficar. A democracia veio, no nosso país, para se consolidar. E vocês, que são visitantes, companheiros que estão preocupados com as notícias que têm saído no Brasil, tenham consciência de uma coisa: seria impensável que eu fosse governar este país quatro anos e não tivesse problemas. Seria impensável, ou seja, nós já conseguimos o máximo, ou seja, nós já conseguimos fazer com que o FMI fosse embora sem precisar dar nenhum grito.
Eu dizia para o Palocci: Palocci, o que você vai fazer quando não precisar mais fazer acordo com o FMI? Porque alguns aqui passaram a vida inteira gritando, ou seja, de repente você construiu uma situação política em que não precisou fazer absolutamente nada a não ser dizer: não precisamos mais do acordo com o FMI.
Na política, o que está acontecendo eu encaro como uma certa turbulência, mas que só existe efetivamente num processo que vai se consolidando fortemente, da democracia.
Eu quero que vocês saibam e voltem para os seus países com a certeza de que eu entendo que a corrupção é uma das desgraças do nosso continente, e muitas vezes quando alguém falava que nós éramos pobres por conta do imperialismo, eu dizia: pode ser até meia-verdade, mas a outra verdade é que nesses países da América do Sul e da América Latina nem sempre nós tivemos dirigentes que fizessem as coisas corretas para o seu povo e com o dinheiro público.
É por isso que tenho afirmado, num pronunciamento, que seremos implacáveis com adversários e com aliados que acharem que podem continuar utilizando o dinheiro público para ficarem ricos, mas da mesma forma seremos também implacáveis no trabalho de consolidar o processo democrático brasileiro. Não permitiremos retrocesso. Alguns, antes de nós, morreram para que nós chegássemos onde nós chegamos, e nós temos consciência do sacrifício que se fez no Brasil, do sacrifício que se fez no Chile, do sacrifício que se fez na Argentina, do sacrifício que se fez no Uruguai, do sacrifício que se fez no Peru, do sacrifício que se fez na Colômbia, em todos os países, para que o povo pudesse sentir o gosto da coisa chamada democracia.
E, portanto, nós, estejam certos disso, o Lula que vocês conheceram há quinze anos atrás está mais velho, mas também muito mais experiente e muito mais consciente do papel que temos que jogar na política da América do Sul, da América Latina, da África e, eu diria, na nova concepção de política no mundo inteiro.
Não foi fácil criar o G-20, não. Não foi fácil convencer um grupo de países de que era possível mudar a geografia comercial do mundo se estabelecêssemos entre nós um grau de confiança e de relação em que pudéssemos, cada um de nós, entender que temos que nos ajudar muito mais. É por isso que hoje a gente pode olhar para vocês e dizer: a relação comercial Sul-Sul aumentou em mais de 50%. Nós estamos comprando mais e vendendo mais de nós mesmos. Nós estamos estabelecendo parcerias entre nossas empresas. Esses dias, fizemos não sei quantos acordos, 26 acordos, com a Venezuela. Agora foi feito um monte de acordos com a Colômbia. Estamos fazendo acordo com a Argentina, com o Chile, ou seja, os nossos empresários têm que se encontrar, estabelecer parceria. Os nossos sindicalistas têm que se encontrar e estabelecer formas conjuntas. Os partidos têm que se encontrar, os parlamentares têm que se encontrar, o Foro de São Paulo tem que exigir cada vez mais a criação de um parlamento do Mercosul para que a gente possa consolidar definitivamente o Mercosul, não como uma coisa comercial, mas como uma instância que leve em conta a política, o social, o comercial e o desenvolvimento.
Esses dias, nós fomos à Guiné-Bissau. Aliás nós já visitamos mais países da África, acho, do que todos os governantes da história do Brasil. E fomos à Guiné-Bissau e fizemos uma reunião. Guiné-Bissau é um país de língua portuguesa, pequeno, praticamente destruído. E eu dizia ao Presidente e aos parlamentares: para que guerra, para que uma guerra na Guiné-Bissau? É um país destruído. A única chance que aquele país tem é a construção da paz, eles têm que construir um país para depois brigar pelo poder, porque senão estão brigando em torno de nada. Nem o Palácio Presidencial está de pé. Eu fui ao banheiro do Presidente, não tinha água. E eu dizia: meu Deus do céu, vocês precisam encontrar um jeito de transformar a paz na mais importante bandeira de vocês, porque somente a partir dela é que vocês poderão construir o país.
Esse trabalho é um trabalho que leva anos e anos. E nós apenas estamos começando. Nós apenas estamos transitando pelo mundo tentando estabelecer uma nova ordem, em que a gente consiga as vitórias na Organização Mundial do Comércio, que precisamos. E foi assim que nós ganhamos a questão do açúcar, foi assim que nós ganhamos a questão do algodão, foi assim que nós ganhamos a questão do frango congelado. Parece pouco, mas era muito difícil ganhar uma coisa na Organização Mundial do Comércio. E por conta do G-20 já ganhamos três e poderemos ganhar muito mais, adotando o princípio que nós aprendemos desde que começamos a nossa militância política, de que se todos nós nos juntarmos, nós derrotaremos os outros.
Por isso, eu tenho viajado muito. Eu viajei, possivelmente, em dois anos, mais do que muitos presidentes viajaram e vou continuar viajando, porque as soluções para os problemas do Brasil não estão apenas dentro do Brasil, as soluções para os problemas de Cuba não estão só dentro de Cuba, não estão dentro da Argentina, não estão dentro da República Dominicana, não estão dentro do México, ou seja, é preciso que a gente resolva outros problemas externos para que a gente possa consolidar as soluções de alguns problemas internos.
Por isso, meus companheiros, minhas companheiras, saio daqui para Brasília com a consciência tranqüila de que esse filho nosso, de 15 anos de idade, chamado Foro de São Paulo, já adquiriu maturidade, já se transformou num adulto sábio. E eu estou certo de que nós poderemos continuar dando contribuição para outras forças políticas, em outros continentes, porque logo, logo, vamos ter que trazer os companheiros de países africanos para participarem do nosso movimento, para que a gente possa transformar as nossas convicções de relações Sul-Sul numa coisa muito verdadeira e não apenas numa coisa teórica.
E eu estou convencido de que o Foro de São Paulo continuará sendo essa ferramenta extraordinária que conseguiu fazer com que a América do Sul e a América Latina vivessem um dos melhores períodos de democracia de toda a existência do nosso continente.
Muito obrigado a vocês. Que Deus os abençoe e que eu possa continuar merecendo a confiança da Coordenação, que me convide a participar de outros foros. Até outro dia, companheiros.



  

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